jueves, noviembre 03, 2005

En espera de mi flor...

















He recorrido muchos caminos distintos. En algunos de ellos el cielo brillaba y en otros además había un jardín de flores. Pero sin darme cuenta, con una de ellas me clavé. Y de tal manera fue mi herida, que no paraba de sangrar.

Hoy por hoy creo que esa espina estaba envenenada; porque al borde de la muerte me dejó.

Estuve vagando sin rumbo a la espera de la muerte. Era tal mi agonía; que la esperaba hasta con impaciencia. Pero por el camino un buen doctor me encontró, y este me ayudó a no morir por ese dolor...

Cada vez que miro atrás cada una de las flores que delicadamente cogí, olí y disfruté; lo hago con cierto grado de melancolía. Pero no puedo olvidar que estuve al borde de la muerte; y que si no hubiese sido por ese buen doctor “la desgracia me hubiese sucedido”...

No es fácil ver hoy mi casa sin una flor; no es fácil no desear que una diese algo de vida a mi hogar poniendo un toque de frescura. Pero en el encargo que le hice a un buen amigo jardinero espero.

Le pedí que me trajese una. Y este me dijo que me traería una que creció sin yo ver y ni siquiera yo saber, en que lugar fue plantada. Y sé que este buen amigo jardinero, me la traerá algún día; y será la mas bella flor. Porque será mi flor. La que dará vida a mi hogar; la que dará aire nuevo a mi ser y con su exquisito aroma y hermoso color. Alegrará cada uno de mis días.

AGD